miércoles, 21 de mayo de 2008

¿Vivir para contarlo? Vivir para contarTE


Vivir para vivirte y explicarte todas esas cosas que no has presenciado por encontrarte lejos.
Tan lejos como dos centímetros en el sofá o cuatro en la cama.
Necesito esquematizar mi discurso, asegurarme de que no voy a dejarme nada en el tintero ni en las uñas, escondiendo mis soles porque demasiada luz es tan molesta o más que la oscuridad.
Contarte cuentos. Los cuentos que nos llevarán a odiar esa infancia sin tenernos.
La fantasía, lo inmediato y la magia que caduca irremediablemente.
Presentaciones de miedos educados que se saludan e intercambian impresiones en una sala tapizada de color azul.
Enmascarando nuestras diferencias por no llegar a un acuerdo.
Al fin, después de mil divagaciones, durante dos mil reflexiones y antes de tres mil dolores de cabeza, sólo quiero proponerte algo tan decente como indecente...
Si nos contamos, si somos palabras, vamos a ser carne.
¿Nos vivimos?

lunes, 19 de mayo de 2008

Re-escribiéndonos


Los cambios que se suceden en cuestión de segundos son los verdaderamente importantes.
O quizás falsamente. Su impacto es indudablemente impactante.
Hay mil espejos danzando al unísono.
De pronto todo se torna del revés, imparable pero inteligible.
Se ahorran las variaciones triviales y se deja paso, trote y galope a lo relevante.
Fuegos artificiales discretos o silencio escandaloso.
No importa el festejo, importa aquello que lo motiva.
La expresión de duda pero con la confianza agarrada entre los nudillos.
Los mundos que, de golpe, se doblan cual pañuelos de papel y se pueden guardar en el bolsillo de los recuerdos.
Los recuerdos que se reviven saben del abuso del prefijo re-.
Cambiemos imparables. Cambiemos a la vez, no dejes que me quede atrás ni te despistes ya.
¿Quién va a fotografiar entonces el antes y el después para evidenciar lo que digo?

lunes, 5 de mayo de 2008

Disculpa...

Los secretos son esposas y esclavitud pero con sabor a chocolate. Los secretos se escogen y lo guardamos como tesoros y, a solas, pensamos "uy si todos supieran esto", como deseando que nos descubran, pero aterrados por el mismo motivo.
Todos tenemos secretos.
Tenemos, disfrutamos, saboreamos secretos.
Pero existe otra especie que va más allá. Hay quien ES un secreto. Quien ha decidido esconderse para siempre. Eso es elección.
No soy nadie para juzgar a nadie, pero juzgo de todas formas. Todos esos son patéticamente cobardes, incapaces de sentirse vivos.
¿Cómo iba eso del suicidio colectivo?