Es fácil expulsar la rabia.
Es sencillo aguantar el tipo en situaciones complicadas. Soportar bofetadas, huracanes y envoltorios de celofán.
No resulta complicado mirarse al espejo y odiar ese rebote de luces.
Cuando te acomodas a los golpes secos, ya no entiendes la cámara lenta.
Cuando te acostumbras al miedo, termina durmiendo a tu lado.
Cuando el dolor vuelve y vuelve y su único objetivo es siempre volver, capturas toda tu ira y la ingresas a plazo fijo para finalmente reconvertirla toda en venganza.
Tienes una razón para existir. Ese revelarse.
Es sencillo aguardar el momento perfecto para estallar a gritos.
Sin embargo, es muy difícil otra cosa.
Es muy complejo para mí -o al menos no entiendo el papel que me toca jugar- saber cómo reaccionar ante algo tan sencillamente
imprevisible y tierno
como la escena de una glotis pronunciando un
"mi niña".
Si James Dean viviera, con esa mirada prepotente y atractiva a la vez todavía viva... le suplicaría ser como él y no tener causa.
Ayúdame a no necesitar tu ayuda para simplemente, disfrutar de esa frase.
No hay comentarios:
Publicar un comentario