Yo no pedí esas alas.
Ni me alegré cuando las vi, colgando del techo.
Mientras les atabas los hilos, no hablamos, sólo hubo miradas.
Son tuyas.
Ni me alegré cuando las vi, colgando del techo.
Mientras les atabas los hilos, no hablamos, sólo hubo miradas.
Son tuyas.
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