miércoles, 30 de enero de 2008

Renovaciones


Reflexiones parada en un semáforo. Uno de esos que te parece que duran demasiado. Paradas en las que remueves la calderilla, miras por el retrovisor, cambias de emisora y te enciendes un cigarro. Tarareas. Y piensas en si encontrarás sitio para aparcar cuando llegues.

Una vez contextualizado, hablemos de esa tristeza que me ha venido a la cabeza.

Sientes de repente una tristeza renovada, que no habías sentido antes.

Una tristeza nueva, pasando la fregona en el suelo de tu dolor. Reluciente queda.

Una espiral de ahogo que se abraza a tus arterias conformando un puzzle de inexpresión.

Respiración asistida incluída. Pero, en vano.

Mal de muchos, consuelo de tontos, pero lo grande es

que las alegrías también se reciclan

y crecen

y menguan.

Constante.

No hay comentarios: