martes, 1 de enero de 2008

Yo

Hoy voy a hablar de ella.
Ella se sentaba a dejar pasar las horas.
Le gustaba sentir cómo la rutina la comía.
Se aficionó a sentir el miedo.
Le maravillaba saborearlo, pelos erizados, escalofríos y sobresaltos.
Un día me pillo observándola. Lo sé porque me di cuenta. Pero prefirió disimular y seguir con un juego absurdo más.
Nunca se le dio demasiado bien jugar al despiste. Conocía sus limitaciones.
Acoso y derribo.
Como la vida misma.

No hay comentarios: