miércoles, 27 de febrero de 2008

Pretérito Perfecto Compuesto


He estado en una sala muy oscura, llena de llamaradas increíbles pero repleta a la vez de piedras de hielo.
He bebido cálices de sangre sin ti.
He asumido notas de canciones que no podría reproducirte ahora.
He sobrevivido incluso sin verbos auxiliares como los que necesito en este momento para explicarte esto.
He bailado con desconocidos y me lo he pasado en grande.
He pasado muchísimo frío, tanto que creí que debería amputarme las manos y los pies. Tanto que el frío pasó a los huesos y por más que me tapaba no conseguía liberarme de él.
He pasado muchísimo calor, tanto que el agobio me llegaba a la garganta y todo me quemaba. Tanto que mi aliento llegó a convertirse en una hoguera caprichosa.
He tiritado, me he reconocido humana y débil.
He olvidado todos los momentos que pasé contigo.
Y te he querido incluso entonces.

domingo, 24 de febrero de 2008

Puzzle


Cada parte encaja a la perfección.
Inventamos cada día posturas nuevas
y siempre salimos airosos.
Airosos y sorprendidos de que siempre estemos tan bien flotando.
Engranajes que funcionan a la perfección.
Yo no sabía que te necesitaba hasta que me reconocí
como pieza incompleta.
Entonces entendí que separarme de lo que me das
es totalmente absurdo.
Dedos, pies, esquinas de omoplatos, espaldas.
Nunca antes dos narices habían vivido una historia
tan apasionante. Un coqueteo tal.
Juntos no nos movemos, sino que pactamos con el contoneo.
Juntos no caemos, sino que deslizamos los besos.
Juntos somos. Míranos. No sé si tú nos ves desde tu posición.
Yo puedo y quiero. Más. Y más.
¿Nos compramos unas gafas a juego?
Jamás había disfrutado tanto con un puzzle.

(Este escrito está motivado por mis ganas solamente, porque a pesar de no haber sido prometido, sí era deuda.)

jueves, 21 de febrero de 2008


Ahora sí que sí.

Si tengo que comerme el orgullo para hacerlo, pues pensaré en qué guarnición prefiero.

Si he de asumir mis necesidades, lo haré con la cabeza tan alta que casi parecerá que mi cuello se separa del tronco.

Si tengo que despedirme de este miedo que se había quedado a vivir en mis entrañas, lo echaré por impago.

Pero no puedo permitirme un error ahora.

Voy a mostrarme frágil como soy y pequeñita si así lo deseas.

Sin humillación pero reconociendo que

no me entiendo sin tus soluciones.

Que no me escucho sin tus tímpanos.

Que no me aclaro sin tus explicaciones.

Porque eres solución, tímpano, explicación.

Porque sobran los motivos.

Porque no te conozco del todo y ya te tomo por cualquier cosa,

menos extraño.

Dentadura porteña


Quiero que nos traslademos a Buenos Aires. Solamente por un momento, no quiero pasar la noche en un hotel ni quedarme a vivir ni nada por el estilo.

Ni por asomo.

Pero sí quiero asomarme a ese ritmo.

Deseo bailar un tango contigo. Uno para mantener la exclusividad.

Quiero que me lleves, que dirijas mis movimientos.

Que sean las ganas las que danzen y sentir cómo flotan los dedos.

Deslizarnos juntos y deslizarme por ti. Y tú por mí.

Un giro inesperado. Tu boca a 3 milímetros de la mía entreabierta. Ni uno más ni uno menos.

Las notas posadas en nuestra piel. Claves de sol -y también de luna- explotando en los pentagramas perfectos que pintan nuestras pestañas,

Movimientos secos, sensuales.

El ruido de mis tacones, lo vaporoso de tus dedos.

De repente, un "acércate" dicho sin pronunciar.


Saca los billetes y

B

A

I

L

E

M

O

S

miércoles, 13 de febrero de 2008

Cabezona no es el aumentativo de cabeza.


Me maldigo por ser tan cabezona.

Me empeño en no serlo y de esta forma...

ya estoy haciéndolo otra vez.

Y no consigo ver más allá.

Sólo le doy vueltas a lo mismo.

Eso "mismo" que no sé ni cómo llamar.

Saca lo peor de mí.

Basura, hedor, profundidades.

Y lo mejor, que es sólo un dedo índice

dibujando una cara sonriente en mi aorta derecha.

Quiero desdibujar el papel que diseñaste para mí.

No te acepto como dios.

Y sí, ya era hora, de que alguna religión

ofertara la posibilidad de quejarse al creador.

Quiero desgarrar la página del índice.

Manchar los bordes de las hojas,

gastar las tapas.

No siempre querer es poder,

bien lo sabes tú.

Bien lo compruebo yo.

Elogio


Principios del siglo XVI y a nuestro amigo de Roterdam se le ocurre escribir uno de los libros más influyentes de la literatura occidental, habiendo sido uno de los catalizadores de la reforma protestante.

Comienza con una loa satírica a la manera del autor griego Luciano de Samósata, cuya obra había sido traducida hacía poco al latín por el propio Erasmo y por Tomás Moro. Tras esto, el tono se ensombrece con una serie de discursos solemnes, en los que la locura hace un elogio de la ceguera y la demencia y en los que se realiza un examen satírico de las supersticiones y de las prácticas piadosas y corruptas de la Iglesia Católica, así como de la locura de los pedantes (entre los que se incluye el propio Erasmo). El autor había regresado recientemente de Roma profundamente decepcionado, donde había declinado los avances de la Curia Romana; poco a poco la locura toma la voz de Erasmo, que lanza una dura reprobación. El ensayo termina con una sincera y sencilla exposición de los verdaderos ideales cristianos.


Se lo agradecemos.

Va por ti.


Es esta locura la que me hace sentir tan persona, tan centrada y con el firmamento entre los dientes.

Le arranco los pelos a las cosas que desaparecen.

Se me queda un gusto amargo que me avisa de lo peor...

contigo, siempre voy a querer más.

Quiero ser sólo yo.

Arrastrando mi propio peso al andar. Ya tengo suficiente con la fuerza de gravedad que atrae mi cuerpo como para preocuparme también por el tuyo.

Ayúdame a que estos cuerdos entiendan que necesitamos nuestra locura.

Ayúdanos, amigo Roterdam.

O mejor, ni preguntéis.

Qué más os da.

No intoxiquéis los besos de papel mojado con vuestros colores.

Las repuestas cuando no preguntas.


¿Qué hay más allá de esta luz?

Otra luz mejor.

¿Qué hay más allá de esta piel?

Órganos, músculos, conjunto.

¿Qué hay más allá del negro?

Color.

¿Qué hay más allá de tu mirada?

La tuya.

¿Qué hay más allá de nuestro pecado?

Nuestro infierno.

¿Qué hay más allá de las quejas?

Un banco donde se está agusto.

¿Qué hay más allá de la sed?

Agua innecesaria.

¿Qué hay más allá de la búsqueda?

Muchas puertas.

¿Qué hay más allá del sentido?

Una locura renovable.

¿Qué hay más allá de las preguntas?

El silencio que no va a cortarte.


Recorta mi alma por la línea de puntos.

Recorta mi boca por la línea de puntos.

Encola las solapas, dóblalas y une los extremos.

martes, 12 de febrero de 2008

Son


Son las que pierdo cuando todo está a oscuras.

Esas que no ves.

Las que no comprendo, pero nacen.

Hay en esos instantes unas ganas de tocarte que se visten de miedo.

Un camino que acostumbro a abandonar.

Pero son, son.

Quiero saber si te uso.

Me siento tan mal por necesitarte.

Me convierto casi sin querer en manipuladora.

Pero si me envuelvo como una croqueta en mis palabras

son, son, son.

Para ti, mis son-risas.

Porque quiero la luna en tu saliva,

porque quiero seguir subiendo...

arriba...

mi cima.

Son, son, son.

Sin premeditación ni alevosía.

Con espontaneidad y rebeldía.

Toda tuya y así empieza el día.

Aunque no me veas...

Sonrisa.

domingo, 10 de febrero de 2008

Antes de antes.

Nunca antes me había mirado las manos con tanto detenimiento.

No sé qué guardan.

No entiendo que su posición de reposo sea tan patética.

Tocar, tacto, rozar, pulsar, uña, caricia.

Todo es antes de antes.

Una mano huérfana aprende a sentir con el sol.

Juega con los rayos sin descanso.

Aprende a no guardar nada.

A tirarlo todo, a salpicar direcciones.

Antes de antes era el reposo y después de antes... vino tu caos.

Un mordisco de adrenalina y una cara de sorpresa.

Salieron gotas de lluvia de mis nudillos.

Quise explicártelo con calma pero tenías que marchar.

Antes de antes, nunca tenías prisa.

En tu léxico esa palabra... ni existía.

Antes de antes jugamos demasiado.

Teníamos las manos entrelazadas

y poco a poco, las atamos.

O lo intentamos.

Se me escapó un pequeño detalle.

No había sol entonces,

era de noche...

Antes de antes.

Un escalofrío. Sólo uno.


Es ese que se ha quedado a medio hacer.
Pero que ha sabido estremecerme.
Se había perdido por mi columna vertebral
y me lo encontré dudoso...
No sabía si explotar o estornudar disimuladamente.
Le pedí con sigilo que se mostrara como es.
Entonces, aquel escalofrío con problemas de personalidad,
se decidió a ponerse tu nombre.
Lo llevo grabado a fuego.
Y es curioso que sea a fuego llamándose "escalo-frío".
Tan curioso como las ganas de que lo multipliques.
Cuando me marche a vivir al Polo Norte, me olvidaré de él.
Lo tengo en mente.
Apenas podré notarlo, pero lo recordaré.
Dame de esos escalofríos, pídeme que los coleccione.
Explota, abre caminos y rózame despacito.
Para que el momento NO sea perfecto y siga deseando.
Desear tu sigilo,
sentir mi escalofrío.

martes, 5 de febrero de 2008

Denuncia


Mataró, a 5 de febrero de 2008
La Srta Rebeca Esparza Lavado, con DNI número 38868816 N, declara que se encontraba en un bar una noche que no recuerda con exactitud, tomando unas copas con su corazón de metacrilato y le fue arrebatado de las manos su bolso con sus objetos personales dentro. Declara que hubo insultos y agresividad, pero que no recuerda la cara de su agresor, porque cerró los ojos al instante.
Los objetos que le fueron sustraídos son los siguientes:
- el documento de identidad, porque ya no recuerda quién es.
- las tarjetas de crédito con las que compraba ratos a solas con su alma.
- un reloj que no marcaba las horas, sino que lloraba tu ausencia.
- unos guantes que utilizaba para no dejar huella.
- la bolsa con la confianza y los ratos que pasó junto a aquel que no llegó a conocer.

Fdo. por la denunciante,
Rebeca

Mi no ser tú


Pues eso mismo. No se puede ser igual.
No se puede explotar en personalidades idénticas.
No esperaba de todas formas, que eso ocurriera.
Quizás aprendamos a difuminarnos en nuestras diferencias.
Demasiado acelerados nos hemos encontrado.
Contado las horas que faltan para que se cumplan nuestros sueños.
Que no son los mismos, de hecho.
Demasiado ocupados intentando cuidar este hilo que nos dieron en la entrada.
Contando los cuentos de debajo de la almohada.
Que son como eso, una fea hada.

He encontrado unos recortes de papel llenos de ti y de tu olor.
Yo los fabriqué. En silencio y a oscuras.
Falta fe, falta luz.
Tú te pierdes, yo me encuentro.
Pero es que "mí no ser tú"