jueves, 21 de febrero de 2008

Dentadura porteña


Quiero que nos traslademos a Buenos Aires. Solamente por un momento, no quiero pasar la noche en un hotel ni quedarme a vivir ni nada por el estilo.

Ni por asomo.

Pero sí quiero asomarme a ese ritmo.

Deseo bailar un tango contigo. Uno para mantener la exclusividad.

Quiero que me lleves, que dirijas mis movimientos.

Que sean las ganas las que danzen y sentir cómo flotan los dedos.

Deslizarnos juntos y deslizarme por ti. Y tú por mí.

Un giro inesperado. Tu boca a 3 milímetros de la mía entreabierta. Ni uno más ni uno menos.

Las notas posadas en nuestra piel. Claves de sol -y también de luna- explotando en los pentagramas perfectos que pintan nuestras pestañas,

Movimientos secos, sensuales.

El ruido de mis tacones, lo vaporoso de tus dedos.

De repente, un "acércate" dicho sin pronunciar.


Saca los billetes y

B

A

I

L

E

M

O

S

1 comentario:

Miguel dijo...

Una vez un hombre tuvo un sueño.
Llamado Atenas.