sábado, 4 de octubre de 2008

Preferencias

¿Cómo se mide la intensidad de las cosas? ¿En serio es todo un entramado tan complejo?
Quisiera saber qué hace que un momento, un gesto, se convierta en un mundo enorme para uno.
Qué me hace valorar unas cosas y otras.
Por qué no lloré con Bambi y, en cambio, cuando veo las noticias, no puedo evitarlo.
Por qué no me da miedo estar a oscuras y demasiadas luces me colapsan.
Por qué ya no comprendo demasiado bien el significado del término "normal", que cada vez se va deteriorando más y más en esa libreta vieja y desgastada.
Por qué si te tengo al lado necesito disimular que te necesito, valga la redundancia.
Por qué recuerdo unos momentos y olvido otros, con desdén.
Y sin pretenderlo, he vuelto a lo de siempre.
Un nivel a ras de suelo con un saco de preguntas en blanco negro encabezadas todas de por qués.
Prefiero perder el tiempo contigo a aprovecharlo con cualquier otro.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Ya no.


Todos hacemos cosas de las que nos entimos orgullosos.
Actos que nos llevan a un estado de satisfacción personal.
Pero también todos hacemos cosas que desearíamos que no salieran a la luz.
Actos que nos llevan a no reconocernos a nosotros mismos.
Actos que nos hacen preguntarnos: ¿cómo he podido hacer esto?

Tú sabes lo que soy y lo que no soy. Sabes lo que siento porque siento que así es.
Las ganas de que seamos lo que siempre soñé me invaden sin parar.
Lo imagino y esta vez, la realidad supera la ficción.
Quiero acariciar esta realidad tan nuestra.
Porque ya no tengo que esforzarme para ti ni para mí.
Porque ahora sólo tengo que respirar y sentirme tuya.
Y tú tan mío que ya ni asusta.
Esta vez no va a hacer falta pedir la hoja de reclamaciones.
Ni siquiera el tiquet por si tengo que realizar algún cambio.
Esas dudas ya no existen.

viernes, 29 de agosto de 2008

La culpa es de los bichos.



Deja tu mente en blanco. Pero no por mucho rato, eso eliminaría tu entidad. Bastan meros segundos.
Inmediatamente después, piensa en un cielo con tres azules diferentes, dos nubes y un sol. Eso configurará el fondo más lejano. Sobrepuesto a este fondo, imagina un césped mal cuidado y justo en el centro, dibuja el banco de un parque de barrio: de esos con la madera gastada, el barniz deportado y grafitis sin demasiado sentido.
En ese banco, no demasiado en el medio, sino más bien hacia la izquierda, piensa en alquien.
Sí, en alQUIEN, no en alGUIEN. No se trata de un error tipográfico, sino de un vocablo al que tú ahora vas a dar contenido y, no sabemos todavía, si sentido.




Alguien puede ser cualquiera, pero alQUIEN, no.
Alquien es quien te hace respirar, a quien dedicas tus gestos.
Alquien es el espectador del circo de tu vida a quien quieres transformar en protagonista.
Alquien es quien no te lleva el delirio, sino que ES tu delirio.
Alquien es quien has imaginado tocándote pero no demasiado rápido. Tampoco demasiado lento.
Alquien es ese quien exacto.
Ese no deshoja margaritas, sino que se las come. Se come las margaritas con espasmos rápidos y casi violentos. Su cara es vulgar, casi agresiva. El patetismo focalizando en una boca entreabierta. ¿Notas sus incisivos clavándose en el tallo de esa margarita ordinaria de parque urbano? Lo notas. Notas la savia y hasta el insecto ese minúsculo. Ese del que no sabes el nombre. Porque es fácil saber qué es una mosca, qué es una mariposa o qué es una mariquita... Pero la grandeza del mundo de los insectos no la puedes abarcar. Son tantos y tan distintos, que confío en que algún día dominarán el mundo.
Alguien, llegados a este punto, pensará que estoy algo loca. O que estoy jugando.
Pero a mí me da igual porque ALGUIEN, recordemos, NO es ALQUIEN.
El que sigue en tu imaginación, sigue derritiéndose en esfuerzos por tragar las margaritas casi obsesivamente. Pierde el tiempo.
¿Y tú, lo pierdes con alquien?
Cuidado, no te atragantes.

martes, 19 de agosto de 2008

Recuerda su vida antes de nacer... ¿o eso no es vida todavía?


Ella era del tipo de chicas que sólo dejaba dos opciones: podías adorarla toda entera u odiarla a rabiar de la misma forma. Punto de inflexión a la hora de llegar a un acuerdo.
La conocí en el Parque del Retiro de Madrid. A mí no me gusta Madrid, pero sí me hechiza ese parque. Puede ser muchas cosas menos un parque: un rincón, una pista de aterrizaje de emociones, un colchón de eventos inesperados...
Se sentó a mi lado. Giré ligeramente la cabeza al notarla tan cerca de mí, le miré a la cara y le sonreí, de forma conciliadora. Al contrario de lo que yo esperaba, no me devolvió la sonrisa. En ese momento me sentí idiota. Me hizo sentir idiota. Idiotamente educada.
"Qué simpática" - pensé yo, irónica.
Tampoco me saludó ni me dijo su nombre. Empecé a mirarla de reojo. Me encanta mirar de reojo.
Una colección de al menos diez pulseras hippies en cada muñeca y una tobillera con cascabeles.
"Muy alternativa".
Una apariencia de niña de ventitantos de esas que, cuanto más despeinadas, más bonitas.
Sin maquillar, con chanclas de playa y dos ojos verdes enormes, que despertaron mi envidia. No puedo decir envidia sana porque mi discreta opinión es que la envidia nunca puede ser sana...
Pero este es otro capítulo, no quiero desviarme mucho más del tema.
Disfruté como una loca hablando con aquella desconocida. Más bien escuchando, porque yo apenas dije nada.
- Yo no soy como tú. Sé de dónde vengo. Conozco más de lo que me gustaría. Recuerdo estar en el vientre de mi madre. Recuerdo los nutrientes, los olores, los colores, el ambiente, la textura, la paz. Recuerdo las paredes, mis ganas de salir, mi miedo por lo mismo. No olvido porque si yo no hubiera sido consciente, no habría nacido. Fui partícipe porque así lo decidí. ¿Tú recuerdas aquello?
- Por supuesto que no - contesté yo. Y contra todo pronóstico, no me asustaron sus palabras. No era una loca ni una borracha ni nada por el estilo. Sabía lo que decía. Yo estaba convencida. Le pregunté su nombre.
- Me llamo Tierra. Tú esperabas más de ti. Yo también de vosotros.

Y entonces y sólo entonces, me sonrió.

domingo, 17 de agosto de 2008

¿Qué te pone nervios@?

Me gusta hacerte pensar que ya no me gustas.
Verte preocupado, nervioso, convertido en una máquina tragauñas.
Verme nadando en el mar de la tranquilidad y el poder que otorga el control.
Cambiar mi gesto y mi actitud y mi semblante y todo de repente, in situ.
Y entender que tú no entiendes nada.

Disfruto con ese juego perverso.
Yo no puedo confesártelo, porque perdería valor mi sonrisa a escondidas.
A veces me siento en el metro y empiezo a leer, pero no puedo. Intento concentrarme en ello, pero resulta en vano: no dejo de pensar en tus cejas arqueadas y preocupadas.
Me encanta decirte adiós con propiedad, para que pienses que no vamos a vernos más.

Llámale a todo esto "Impuesto sobre la Renta de Inseguridad Total". Para entendernos.

lunes, 14 de julio de 2008

Cada uno avanza o retrocede como mejor puede y sabe.
Esos movimientos son decisivos.
No soy nadie para dar consejos, no es una actividad que me haya llamado la atención nunca. Pero dicen que soy buena y acierto casi siempre.
Estoy harta del "tienes razón" porque siempre que lo escucho, proviene de una boca ajena y no de la mía y para mí.
No sé cómo ayudarme. Es más, ni siquiera sé si necesito ayuda.
En realidad, no me va tan mal. Me quejo por puro vicio. Por rellenar papel. Por no parar quieta. Por sentir que algo se me mueve por dentro.
Odio esos libros de autoayuda tan patéticos y tan de moda a la vez.
Se explota la psicología hoy en día como algo tan banal que da profundo asco.
No vas a ser mejor porque leas 2 páginas al día.
No vas a ser feliz porque un libro te dé las claves.

martes, 24 de junio de 2008

Pros y contras del verbo "soler"


Verbo "soler":
(Diccionario de la Real Academia Española, Vigésima edición).
-Del latín, solere. Intransitivo defectivo. Dicho de un ser vivo, tener costumbre.

Solíamos entendernos sin palabras. Pero también con ellas. Y eso me encantaba, porque me gusta charlar y no darme cuenta de que pasan las horas. Admiro una buena (o mala, qué más da a veces) conversación. Interlocutores haciendo el amor con una oratoria sin ensayar.
Solíamos besarnos mucho. No lo hacíamos como en las películas, con los ojos cerrados, emulando un éxtasis terrenal, sino que lo hacíamos con los ojos abiertos como platos: atentos, concentrados, pero sin pensar en nada. Poniendo atención en el beso, inventando rituales de dibujos en la carne de los labios.
Solíamos suspirar abrazándonos. Sin creernos todavía lo que pasaba: felicidad a raudales, que casi se nos escapaba entre los huecos que nos quedaban por cubrir. Suspiros que llenábamos de cerezas. Unas cerezas rojas, no demasiado maduras, frescas y poco dulces. Como yo.
Solíamos hacerlo y solía encantarnos.
Qué poco hablamos anoche.
Qué poco se buscaron nuestras bocas.
Ni un suspiro se oyó entre tanto ruido.

"Soler": dicho de un hecho o de una cosa, ser frecuente.
"Echar de menos": del portugués achar menos, hallar menos. Advertir, notar su falta.

Pues sí, después de tanto soler, se nota.

domingo, 1 de junio de 2008

Una carta aquí y ahora.


Sentada. Bastante erguida. Desfilan por delante de mí las horas disfrazadas de gatas. Se contonean, arañan, erizan su pelo. Hasta maúllan. Me muestro impasible. No es únicamente una pose. No hablo de apariencia. Realmente me siento en un estado neutral.
Como si saber que no paro de pensar en ti no me doliera. Y es que no me duele. No provoca nada en mí porque lo causa todo a la misma vez. Tú me alteras y tú me relajas y ese equilibrio es el cascabel perenne colgado del cuello de esas gatas. Las negras -a pesar de tantas supersticiones- son las más bonitas.
Como negras las sombras de los huecos entre tantas palabras que te escribo. Como negros los deseos que convierto en barcos de papel. Soplo y soplo y soplas. Sonrisas.
Ambos. Siempre me gustó esa palabra.
Ahora no solamente me gusta, ahora la disfruto. Ambos. Expresando dos cosas pero al unísono, como cuando respiramos sin darnos cuenta (esto es, siempre).
Las imágenes son siempre más bonitas si tienen un punto negro. Como los dos puntos de mis cartas: ambos.
Sin más preámbulos, me despido. Tal vez uno más: quisiera fotografiarte a todas horas, casi perdida en locura, sin parar un momento, sólo flash, flash y más de tu luz.
Nunca tuya,
Dos.

miércoles, 21 de mayo de 2008

¿Vivir para contarlo? Vivir para contarTE


Vivir para vivirte y explicarte todas esas cosas que no has presenciado por encontrarte lejos.
Tan lejos como dos centímetros en el sofá o cuatro en la cama.
Necesito esquematizar mi discurso, asegurarme de que no voy a dejarme nada en el tintero ni en las uñas, escondiendo mis soles porque demasiada luz es tan molesta o más que la oscuridad.
Contarte cuentos. Los cuentos que nos llevarán a odiar esa infancia sin tenernos.
La fantasía, lo inmediato y la magia que caduca irremediablemente.
Presentaciones de miedos educados que se saludan e intercambian impresiones en una sala tapizada de color azul.
Enmascarando nuestras diferencias por no llegar a un acuerdo.
Al fin, después de mil divagaciones, durante dos mil reflexiones y antes de tres mil dolores de cabeza, sólo quiero proponerte algo tan decente como indecente...
Si nos contamos, si somos palabras, vamos a ser carne.
¿Nos vivimos?

lunes, 19 de mayo de 2008

Re-escribiéndonos


Los cambios que se suceden en cuestión de segundos son los verdaderamente importantes.
O quizás falsamente. Su impacto es indudablemente impactante.
Hay mil espejos danzando al unísono.
De pronto todo se torna del revés, imparable pero inteligible.
Se ahorran las variaciones triviales y se deja paso, trote y galope a lo relevante.
Fuegos artificiales discretos o silencio escandaloso.
No importa el festejo, importa aquello que lo motiva.
La expresión de duda pero con la confianza agarrada entre los nudillos.
Los mundos que, de golpe, se doblan cual pañuelos de papel y se pueden guardar en el bolsillo de los recuerdos.
Los recuerdos que se reviven saben del abuso del prefijo re-.
Cambiemos imparables. Cambiemos a la vez, no dejes que me quede atrás ni te despistes ya.
¿Quién va a fotografiar entonces el antes y el después para evidenciar lo que digo?

lunes, 5 de mayo de 2008

Disculpa...

Los secretos son esposas y esclavitud pero con sabor a chocolate. Los secretos se escogen y lo guardamos como tesoros y, a solas, pensamos "uy si todos supieran esto", como deseando que nos descubran, pero aterrados por el mismo motivo.
Todos tenemos secretos.
Tenemos, disfrutamos, saboreamos secretos.
Pero existe otra especie que va más allá. Hay quien ES un secreto. Quien ha decidido esconderse para siempre. Eso es elección.
No soy nadie para juzgar a nadie, pero juzgo de todas formas. Todos esos son patéticamente cobardes, incapaces de sentirse vivos.
¿Cómo iba eso del suicidio colectivo?

lunes, 14 de abril de 2008

De mantequilla y mermelada


Las farolas son lágrimas invertidas, cosidas del revés. Son huellas de un asfalto llorón y quejica. Primogénito de la vida moderna. Hay carteles publicitarios que se burlan de esas farolas. Carteles ostentosos, magnánimos y soberbios que se enorgullecen de su "ser más que". No comprenden la belleza de lo sencillo. Ni tan sólo necesitan comprenderlo.

Quisiera ver en ese llanto primerizo una raíz de esa tierra primitiva.

Quisiera poder salvar distancias, no entristecerme con ellas. Porque una salvación es, a ratitos, sinónimo de victoria.

Se esconde algo de poesía y rima en ese paisaje urbano. Poesía por composición. Rima por ritmo.

Pero desearía que nadie pudiera verlo, reservarlo egoístamente para ti, como un inabarcable tesoro.

Te he pensado mientras escuchaba con ojos cerrados el gimoteo de las carreteras. Y has cortado implacable tanto lloriqueo. Una vez más demostrando tu poder no ya sobre este universo inexplicablemente en equilibrio, sino sobre mi diminuto cosmos de mantequilla y mermelada.

En ese momento, he reseguido mis venas con rotulador azul y ahora no soy más que un mapa, empeñada en que no dejes de encontrarme.

Encontrarme aunque sea invertida como esas farolitas. Que al fin y al nudo y al cabo yo también mantengo esas luces.

miércoles, 2 de abril de 2008

Necesito escribir. No quiero despojarme de esta necesidad nunca.
El clímax de las palabras rozándome el pecho.
Las letras cortando el aire a veces, haciéndolo brisa otras.
Una mochila de recuerdos o cosas que necesito decir.
Si tienen que morir, que mueran escritas.
Y he aquí la paradoja. Porque lo escrito ya es para siempre.
Desafía las reglas de la mortalidad.
Acaricia las tesituras entre realidad y ficción.
Manifestaciones, oportunidades, puntos y comas con personalidad.
Puntos suspensivos que pasan de ser sospechosos a ser confianza.
Un ego en palabras.
Un ego tan camaleónico que el lexicón nunca se queda pequeño.
La basura del agua cristalina que me envuelve.
El gran olor de estos cielos.
Que no mengüe.

lunes, 17 de marzo de 2008

A ratos


A ratos soy yo y a ratos, no me conozco.
Quiero la oportunidad que me denegaste.
Hablemos de esa paz que dan las guerras perdidas.
¿Una mente ocupada se despista más de lo importante?
¿Ocupar mis manos con mil proyectos sirve de algo?
Puedo llenar mil cubos con razones para seguir.
Y todos los cubos me los echaría por encima para limpiar esta piel tan huérfana de ti.
Una vez más. Y dos y tres noches.
¿Y tú a qué aspiras?
No me tomes por una idiota que juega a filosofar.
Hablo en serio. Seguro que hay algo más allá.
Seguro que hay un éxito visible en tus sueños.
¿O no usas de eso?
Piensa en tus prioridades. No hace falta que te compres una agenda ni que te vuelvas organizado ni cuadriculado, sólo piensa en lo que de verdad le apetece a tu subconsciente.
Él termina siendo más racional que uno mismo.
Pídeme un beso. Que tengo ganas de decirte que NO. A ratos.

miércoles, 12 de marzo de 2008

¿Rebelde sin causa?


Es fácil expulsar la rabia.

Es sencillo aguantar el tipo en situaciones complicadas. Soportar bofetadas, huracanes y envoltorios de celofán.

No resulta complicado mirarse al espejo y odiar ese rebote de luces.

Cuando te acomodas a los golpes secos, ya no entiendes la cámara lenta.

Cuando te acostumbras al miedo, termina durmiendo a tu lado.

Cuando el dolor vuelve y vuelve y su único objetivo es siempre volver, capturas toda tu ira y la ingresas a plazo fijo para finalmente reconvertirla toda en venganza.

Tienes una razón para existir. Ese revelarse.

Es sencillo aguardar el momento perfecto para estallar a gritos.

Sin embargo, es muy difícil otra cosa.

Es muy complejo para mí -o al menos no entiendo el papel que me toca jugar- saber cómo reaccionar ante algo tan sencillamente

imprevisible y tierno

como la escena de una glotis pronunciando un

"mi niña".

Si James Dean viviera, con esa mirada prepotente y atractiva a la vez todavía viva... le suplicaría ser como él y no tener causa.
Ayúdame a no necesitar tu ayuda para simplemente, disfrutar de esa frase.

lunes, 10 de marzo de 2008

Adoración


Adoro esas interrupciones tan vulgares y súbitas.
Cuando interrumpes mi sueño y mi noche con una mano impaciente.
Cuando interrumpes mi ducha con unos ojos ansiosos que quieren beber mi agua.
Cuando vienes y vas sin decir palabra, enmudeciendo la luz que me das.
Cuando interrumpes mi parlamento agitado con un beso que despierta en mí una rabia que se transforma al segundo en sonrisa.
Cuando interrumpes mi respiración, cortándola con un cuchillo de plástico.
Cómo evitar adorar esos instantes de madurez del éxtasis.
Cómo controlar mis movimientos entonces. Entonces que sólo puedo abandonarme a tu juego y seguire donde me llevas.
Cuando interrumpes sin pedir nada a cambio pero llevándotelo todo de golpe.
Cuando in-...

Ahora eres tú la interrupción más deseada. Ahora que no estás para limpiar el polvo a esta fea calma. Captura este momento en que ya me interrumpes hasta sin hacer NADA.
Adoro incluso los etcéteras -esos que arropan interrupciones- que aún no me he atrevido a demandarte.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Cuento


Érase una vez -y utilizo la forma "érase" porque la prefiero frente a "había una vez" por la impersonalidad intrínseca de ésta última- un alma.
Nació sin conocerse demasiado ni hacerse mucho caso. Y con mucho pelo también. Creyendo, a falta de espejos, lo que de ella decían. Pero ahí ya estamos hablando de cuando creció. Ese proceso de mirar alrededor lo hizo según los cánones marcados. Pero solamente a modo de estrategia. La observación era el punto de partida de la rebeldía. Descubrió que el más allá no es únicamente un lugar tenebroso del que se habla en los programas de frikis a altas horas de la madrugada. Era un aquí y ahora.
Optó por sentirse libre, tan libre como las putas que terminan su trabajito y como los gays que salen del armario.
No quería volar. Quería alquilar el cielo para ella solita. Fue preguntando, pero los alquileres estaban por las nubes. Así que se hizo okupa. Luchaba sin convicción pero con la inercia que sólo tienen las almas.
Y llegó donde quería llegar. Consiguió lo que se había propuesto.
Pintó todo sin lienzo ni óleos.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Pretérito Perfecto Compuesto


He estado en una sala muy oscura, llena de llamaradas increíbles pero repleta a la vez de piedras de hielo.
He bebido cálices de sangre sin ti.
He asumido notas de canciones que no podría reproducirte ahora.
He sobrevivido incluso sin verbos auxiliares como los que necesito en este momento para explicarte esto.
He bailado con desconocidos y me lo he pasado en grande.
He pasado muchísimo frío, tanto que creí que debería amputarme las manos y los pies. Tanto que el frío pasó a los huesos y por más que me tapaba no conseguía liberarme de él.
He pasado muchísimo calor, tanto que el agobio me llegaba a la garganta y todo me quemaba. Tanto que mi aliento llegó a convertirse en una hoguera caprichosa.
He tiritado, me he reconocido humana y débil.
He olvidado todos los momentos que pasé contigo.
Y te he querido incluso entonces.

domingo, 24 de febrero de 2008

Puzzle


Cada parte encaja a la perfección.
Inventamos cada día posturas nuevas
y siempre salimos airosos.
Airosos y sorprendidos de que siempre estemos tan bien flotando.
Engranajes que funcionan a la perfección.
Yo no sabía que te necesitaba hasta que me reconocí
como pieza incompleta.
Entonces entendí que separarme de lo que me das
es totalmente absurdo.
Dedos, pies, esquinas de omoplatos, espaldas.
Nunca antes dos narices habían vivido una historia
tan apasionante. Un coqueteo tal.
Juntos no nos movemos, sino que pactamos con el contoneo.
Juntos no caemos, sino que deslizamos los besos.
Juntos somos. Míranos. No sé si tú nos ves desde tu posición.
Yo puedo y quiero. Más. Y más.
¿Nos compramos unas gafas a juego?
Jamás había disfrutado tanto con un puzzle.

(Este escrito está motivado por mis ganas solamente, porque a pesar de no haber sido prometido, sí era deuda.)

jueves, 21 de febrero de 2008


Ahora sí que sí.

Si tengo que comerme el orgullo para hacerlo, pues pensaré en qué guarnición prefiero.

Si he de asumir mis necesidades, lo haré con la cabeza tan alta que casi parecerá que mi cuello se separa del tronco.

Si tengo que despedirme de este miedo que se había quedado a vivir en mis entrañas, lo echaré por impago.

Pero no puedo permitirme un error ahora.

Voy a mostrarme frágil como soy y pequeñita si así lo deseas.

Sin humillación pero reconociendo que

no me entiendo sin tus soluciones.

Que no me escucho sin tus tímpanos.

Que no me aclaro sin tus explicaciones.

Porque eres solución, tímpano, explicación.

Porque sobran los motivos.

Porque no te conozco del todo y ya te tomo por cualquier cosa,

menos extraño.

Dentadura porteña


Quiero que nos traslademos a Buenos Aires. Solamente por un momento, no quiero pasar la noche en un hotel ni quedarme a vivir ni nada por el estilo.

Ni por asomo.

Pero sí quiero asomarme a ese ritmo.

Deseo bailar un tango contigo. Uno para mantener la exclusividad.

Quiero que me lleves, que dirijas mis movimientos.

Que sean las ganas las que danzen y sentir cómo flotan los dedos.

Deslizarnos juntos y deslizarme por ti. Y tú por mí.

Un giro inesperado. Tu boca a 3 milímetros de la mía entreabierta. Ni uno más ni uno menos.

Las notas posadas en nuestra piel. Claves de sol -y también de luna- explotando en los pentagramas perfectos que pintan nuestras pestañas,

Movimientos secos, sensuales.

El ruido de mis tacones, lo vaporoso de tus dedos.

De repente, un "acércate" dicho sin pronunciar.


Saca los billetes y

B

A

I

L

E

M

O

S

miércoles, 13 de febrero de 2008

Cabezona no es el aumentativo de cabeza.


Me maldigo por ser tan cabezona.

Me empeño en no serlo y de esta forma...

ya estoy haciéndolo otra vez.

Y no consigo ver más allá.

Sólo le doy vueltas a lo mismo.

Eso "mismo" que no sé ni cómo llamar.

Saca lo peor de mí.

Basura, hedor, profundidades.

Y lo mejor, que es sólo un dedo índice

dibujando una cara sonriente en mi aorta derecha.

Quiero desdibujar el papel que diseñaste para mí.

No te acepto como dios.

Y sí, ya era hora, de que alguna religión

ofertara la posibilidad de quejarse al creador.

Quiero desgarrar la página del índice.

Manchar los bordes de las hojas,

gastar las tapas.

No siempre querer es poder,

bien lo sabes tú.

Bien lo compruebo yo.

Elogio


Principios del siglo XVI y a nuestro amigo de Roterdam se le ocurre escribir uno de los libros más influyentes de la literatura occidental, habiendo sido uno de los catalizadores de la reforma protestante.

Comienza con una loa satírica a la manera del autor griego Luciano de Samósata, cuya obra había sido traducida hacía poco al latín por el propio Erasmo y por Tomás Moro. Tras esto, el tono se ensombrece con una serie de discursos solemnes, en los que la locura hace un elogio de la ceguera y la demencia y en los que se realiza un examen satírico de las supersticiones y de las prácticas piadosas y corruptas de la Iglesia Católica, así como de la locura de los pedantes (entre los que se incluye el propio Erasmo). El autor había regresado recientemente de Roma profundamente decepcionado, donde había declinado los avances de la Curia Romana; poco a poco la locura toma la voz de Erasmo, que lanza una dura reprobación. El ensayo termina con una sincera y sencilla exposición de los verdaderos ideales cristianos.


Se lo agradecemos.

Va por ti.


Es esta locura la que me hace sentir tan persona, tan centrada y con el firmamento entre los dientes.

Le arranco los pelos a las cosas que desaparecen.

Se me queda un gusto amargo que me avisa de lo peor...

contigo, siempre voy a querer más.

Quiero ser sólo yo.

Arrastrando mi propio peso al andar. Ya tengo suficiente con la fuerza de gravedad que atrae mi cuerpo como para preocuparme también por el tuyo.

Ayúdame a que estos cuerdos entiendan que necesitamos nuestra locura.

Ayúdanos, amigo Roterdam.

O mejor, ni preguntéis.

Qué más os da.

No intoxiquéis los besos de papel mojado con vuestros colores.

Las repuestas cuando no preguntas.


¿Qué hay más allá de esta luz?

Otra luz mejor.

¿Qué hay más allá de esta piel?

Órganos, músculos, conjunto.

¿Qué hay más allá del negro?

Color.

¿Qué hay más allá de tu mirada?

La tuya.

¿Qué hay más allá de nuestro pecado?

Nuestro infierno.

¿Qué hay más allá de las quejas?

Un banco donde se está agusto.

¿Qué hay más allá de la sed?

Agua innecesaria.

¿Qué hay más allá de la búsqueda?

Muchas puertas.

¿Qué hay más allá del sentido?

Una locura renovable.

¿Qué hay más allá de las preguntas?

El silencio que no va a cortarte.


Recorta mi alma por la línea de puntos.

Recorta mi boca por la línea de puntos.

Encola las solapas, dóblalas y une los extremos.

martes, 12 de febrero de 2008

Son


Son las que pierdo cuando todo está a oscuras.

Esas que no ves.

Las que no comprendo, pero nacen.

Hay en esos instantes unas ganas de tocarte que se visten de miedo.

Un camino que acostumbro a abandonar.

Pero son, son.

Quiero saber si te uso.

Me siento tan mal por necesitarte.

Me convierto casi sin querer en manipuladora.

Pero si me envuelvo como una croqueta en mis palabras

son, son, son.

Para ti, mis son-risas.

Porque quiero la luna en tu saliva,

porque quiero seguir subiendo...

arriba...

mi cima.

Son, son, son.

Sin premeditación ni alevosía.

Con espontaneidad y rebeldía.

Toda tuya y así empieza el día.

Aunque no me veas...

Sonrisa.

domingo, 10 de febrero de 2008

Antes de antes.

Nunca antes me había mirado las manos con tanto detenimiento.

No sé qué guardan.

No entiendo que su posición de reposo sea tan patética.

Tocar, tacto, rozar, pulsar, uña, caricia.

Todo es antes de antes.

Una mano huérfana aprende a sentir con el sol.

Juega con los rayos sin descanso.

Aprende a no guardar nada.

A tirarlo todo, a salpicar direcciones.

Antes de antes era el reposo y después de antes... vino tu caos.

Un mordisco de adrenalina y una cara de sorpresa.

Salieron gotas de lluvia de mis nudillos.

Quise explicártelo con calma pero tenías que marchar.

Antes de antes, nunca tenías prisa.

En tu léxico esa palabra... ni existía.

Antes de antes jugamos demasiado.

Teníamos las manos entrelazadas

y poco a poco, las atamos.

O lo intentamos.

Se me escapó un pequeño detalle.

No había sol entonces,

era de noche...

Antes de antes.

Un escalofrío. Sólo uno.


Es ese que se ha quedado a medio hacer.
Pero que ha sabido estremecerme.
Se había perdido por mi columna vertebral
y me lo encontré dudoso...
No sabía si explotar o estornudar disimuladamente.
Le pedí con sigilo que se mostrara como es.
Entonces, aquel escalofrío con problemas de personalidad,
se decidió a ponerse tu nombre.
Lo llevo grabado a fuego.
Y es curioso que sea a fuego llamándose "escalo-frío".
Tan curioso como las ganas de que lo multipliques.
Cuando me marche a vivir al Polo Norte, me olvidaré de él.
Lo tengo en mente.
Apenas podré notarlo, pero lo recordaré.
Dame de esos escalofríos, pídeme que los coleccione.
Explota, abre caminos y rózame despacito.
Para que el momento NO sea perfecto y siga deseando.
Desear tu sigilo,
sentir mi escalofrío.

martes, 5 de febrero de 2008

Denuncia


Mataró, a 5 de febrero de 2008
La Srta Rebeca Esparza Lavado, con DNI número 38868816 N, declara que se encontraba en un bar una noche que no recuerda con exactitud, tomando unas copas con su corazón de metacrilato y le fue arrebatado de las manos su bolso con sus objetos personales dentro. Declara que hubo insultos y agresividad, pero que no recuerda la cara de su agresor, porque cerró los ojos al instante.
Los objetos que le fueron sustraídos son los siguientes:
- el documento de identidad, porque ya no recuerda quién es.
- las tarjetas de crédito con las que compraba ratos a solas con su alma.
- un reloj que no marcaba las horas, sino que lloraba tu ausencia.
- unos guantes que utilizaba para no dejar huella.
- la bolsa con la confianza y los ratos que pasó junto a aquel que no llegó a conocer.

Fdo. por la denunciante,
Rebeca

Mi no ser tú


Pues eso mismo. No se puede ser igual.
No se puede explotar en personalidades idénticas.
No esperaba de todas formas, que eso ocurriera.
Quizás aprendamos a difuminarnos en nuestras diferencias.
Demasiado acelerados nos hemos encontrado.
Contado las horas que faltan para que se cumplan nuestros sueños.
Que no son los mismos, de hecho.
Demasiado ocupados intentando cuidar este hilo que nos dieron en la entrada.
Contando los cuentos de debajo de la almohada.
Que son como eso, una fea hada.

He encontrado unos recortes de papel llenos de ti y de tu olor.
Yo los fabriqué. En silencio y a oscuras.
Falta fe, falta luz.
Tú te pierdes, yo me encuentro.
Pero es que "mí no ser tú"

miércoles, 30 de enero de 2008

El único chico con el que me llevo bien


No estoy de acuerdo. La sangre no tira por ser simplemente la sangre.
La sangre tira porque se llama Quim.
Porque ese niño me tiene enamorada, porque es el chico de 17 años más apañado, tierno y adorable que conozco.
En la barriguita de mamá ya te quería. Pero me equivocaba cuando pensaba que no iba a poder más. Porque cada día te quiero más.
Porque hoy sí puedo decir con la cabeza bien alta que estoy orgullosa de ti.
Porque has madurado en meses más y mejor de lo que me esperaba.
Porque cuento contigo como hermano y como amigo.
Porque si pudiera elegir, te escogería a ti.
Porque no necesito motivos y me los das todos.
Tete... sobran las explicaciones.
No sé cómo habría sido mi vida sin ti... más aburrida seguro.
Saldremos adelante y estoy segura de que el futuro te depara cosas increíbles.
Disfruta al máximo tu adolescencia, todo lo que sientes ahora no se vuelve a sentir con la misma intensidad jamás.
Cuenta conmigo siempre... te lo ruego.

Renovaciones


Reflexiones parada en un semáforo. Uno de esos que te parece que duran demasiado. Paradas en las que remueves la calderilla, miras por el retrovisor, cambias de emisora y te enciendes un cigarro. Tarareas. Y piensas en si encontrarás sitio para aparcar cuando llegues.

Una vez contextualizado, hablemos de esa tristeza que me ha venido a la cabeza.

Sientes de repente una tristeza renovada, que no habías sentido antes.

Una tristeza nueva, pasando la fregona en el suelo de tu dolor. Reluciente queda.

Una espiral de ahogo que se abraza a tus arterias conformando un puzzle de inexpresión.

Respiración asistida incluída. Pero, en vano.

Mal de muchos, consuelo de tontos, pero lo grande es

que las alegrías también se reciclan

y crecen

y menguan.

Constante.

martes, 29 de enero de 2008

Entrevista laboral



Ahora que estoy sin ti, disfruto de eso que llaman echar de menos.
Soy más yo que nunca.
No me ahogas con tus manos oprimiéndome el cuello.
Tengo una entrevista mañana con tus ojos.
Estoy nerviosa por saber qué van a preguntarme.
Por saber si cumpliré los requisitos que exigen tus pupilas.
Quiero encajar en tu perfil, incorporarme rápido y con ganas.
Encajar, encoger, ensamblarnos.
Tirar a la papelera todos mis "ojalá".
Quemar mis incógnitas con las tuyas.
Desbordarme como loca a solas.
Aún tengo que decidir lo que voy a ponerme.
Quiero causar buena impresión, pero sin parecer extremadamente preocupada por ello.
No anules la cita.

Echo de menos el punto en el que estábamos, oliendo a moras.

jueves, 24 de enero de 2008

Y a pesar de todo


Nadie va a saber lo que mis palabras significan.
Nadie va a suponer lo dulce o amargo del sabor de mis venas.
Nadie va a remojarse en el agua de mis dudas.
Soy tan egoísta.
Nadie va a rozar con las pestañas mi dolor.
Nadie va a pasar sus dedos por el borde de mi copa.
Nadie va a adivinar la respuesta a mi acertijo.
Soy tan recelosa.
Nadie va a brindar por mi sonrisa.
Nadie va a comprender lo que grito a las estrellas.
Nadie va a robar mi cara del espejo.
Soy tan imperfecta.
Y a pesar de todo, necesito necesitarte.

miércoles, 23 de enero de 2008

Sombras


Habla con nuestras sombras. Habla tú e intenta que entren en razón. Te mando a ti porque a mí no me hacen ni caso. Fruncen su ceño y giran el rostro.
Explícales que no deben tiritar. Que el frío se pasa si nos hacen caso.
Explícales que no es necesario que tiemblen. Que el miedo es menos si nos notan.
Explícales que no esperamos que se aburran. Que sabremos entretenerlas.
Rebusca entre sus debilidades y apela a su inseguridad.
Entiendo, por otro lado, que no nos entiendan.
¿Qué sabrán ellas de los ratos que son tan nuestros?
¿Cómo hacerles entender lo que envuelve el aire que nos oxigena?
¿Qué decirles sobre el ahora y el nosotros si ellas son tan necias?

Caminaremos entre nuestras sombras.
Sonrientes
y sin pena.
Pasearemos, sin miedo a lo de indefinido de este futuro imperfecto.
Lo sé.

lunes, 21 de enero de 2008

Sin más


A veces no esperas nada. Te dispones a hacer algo partiendo de un estado neutral, sin ganas ni desganas. Y entonces las sorpresas te invaden los poros de la piel.
Los nudillos se te encogen.
Las sonrisas se multiplican.
Los relojes pesan en los bolsillos.
Las pupilas se dilatan.
El pulso se pone nervioso.
Tu tristeza se receta prozack.
Una estrella, aunque fugaz, aparece.
Los deseos naufragan, pero a salvo.

Si no te conociera, debería pintarte para tener el placer.

miércoles, 16 de enero de 2008

Catwalk

Es curioso esto de las relaciones sociales. Es curioso cómo nos relacionamos.
Es intrigante pensar en la de gente que llega a desfilar por tu vida.
Entran, salen, empujan, saltan, gritan, agitan dentro de ti.
No sabes por qué aparecen ni te das cuenta de cuándo se van.
Me sobra nostalgia en los bolsillos y me sobran fuerzas para esforzarme.
Hay un mundo que se llena de personas que piensan en el mismo segundo en cuestiones como estas.
Todos van desnudos.
Luces y a escena.

lunes, 14 de enero de 2008

No más pasado


Me he leído ya demasiado. Necesito absoluciones, conclusiones.
Demasiados verbos en pasado. Demasiado el peso de mi historia. Y digo mía a riesgo de parecer egoísta, porque tú ni estuviste.
Ahora hay que pensar en ahora. Ahora hay que pensar en lo que soy y en lo que seré.
Ahora toca valorarme y salir y crear y crecer y asumir de todo y sobre todo, riesgos. El riesgo de ser yo misma sin ti.
Gritar sin esfuerzos ni presiones.
Ando quitándome etiquetas. Porque quizás lo fácil sí es echarte la culpa y encerrarme en mí y no dar rienda suelta a las huellas de mis pies. Porque debo coger mis días por los cuernos y dedicar una sonrisa a este calendario pintado de amarillo.
Porque vendrá la primavera. Y lo sé.

Yo no fallé porque sabía lo que entraba en juego


Hice todo lo que nos prometimos un día.
Paseé por aquellas calles.
Compré palomitas aunque no las compartí.
Reí aunque a solas.
Lloré aunque a oscuras.
Me comí horas perdidas sin ponerme a dieta.
Contemplé estrellas.
Aprendí de ti y contigo.
Sólo faltaba que hubieras estado.
Me di cuenta tan tarde, que ya habían barreras luminosas entre tú y yo.
Como dos paralelas siempre, condenadas a ir en la misma dirección pero a no unirse jamás.
Yo lo hice.
Y ahora no hago otra cosa que estudiar geometría pero... aplicada.

De mudanzas


Miro hacia atrás haciéndome la interesante. Como si veintiún años de vida hubiesen dado para mucho. Como si y así fue. Ha llegado el momento inevitable en que te encontré entre una canción olvidada. Más que olvidada, camuflada. Eché una manta por encima. No quise tirar ese rincón por si acaso un día necesitaba recordar que me hiciste sentir humana. Y hoy no lo necesitaba, pero decidí que fueras mi opción.
Siendo la que no mereciste que fuera por ti. Sin embargo, sólo fui yo. Las identidades se pierden cuando entra en escena el que bombea incesante. No puede ser cabezonería esto de tenerte tan dentro y vivo ahora. No puede ser. Me niego a aceptarme como ilusa irracional.
Tú no me diste la mano, sólo rozaste las yemas de los dedos.
Ahora entiendo por qué necesito ser marciana y cuidar mis agujeros negros.
Me mudo de galaxia, porque no me encuentro. No pidas mis señas para escribirme ni para visitarme, porque tan lejos seguiré pensando en ti y sólo te tendré al escribirte. Y para mentirme, te recuerdo, que me basto sola.

No es tan fácil

Ya no hace ninguna gracia esto de jugar al escondite. Ahora ya no es divertido. Quiero que te me aparezcas de la forma más fácil. Quiero que vengas. Que te hagas encontradizo. Quiero verte bien la cara. Abir los ojos como platos para creer lo increíble. Porque ha dejado de tener gracia. Porque has subido escalones, derribado muros a patadas. Porque no se puede continuar con las venas obstruídas por la basura del no tenerte.
Quiero que surjas, mientras yo pongo cara de sorprendida. Quiero que seas correcto y oportuno.
¿Qué más da lo que yo quiera?

Born


Me apetece hacerte daño. Me apetece enervar al que tanto me enervó. Me apetece porque estás tan presente como la prisa en mis días.
Nacimos para rajarnos, herirnos, chuparnos la sangre, sorbernos el seso.
Nacimos para atarnos, despreciarnos luego, escupirnos, vomitarnos.
Nacimos para pasear los fracasos, lavarle la cara a los retos.
Nacimos para peinar el juego, agujerearnos el pecho, salirnos del cero.
Tener tan claro que no nacimos para querernos...
es casi infernal.
El trocito que falta, lo llena el nosotros del que nacimos.

miércoles, 2 de enero de 2008

AmOr SiNtÁcTiCo


Eres el complemento directo y yo el verbo transitivo.
Soy el complemento de régimen verbal que acompaña a tu verbo.
¿Te apetece que juguemos a connotaciones, denotaciones, interpretaciones?
Recuerda que una coma puede cambiar todo el sentido.
Serás el sujeto que sujete mis acciones.
Serás el predicado que predicará con el ejemplo.
Seré puntos suspensivos, nexo coordinante.
Enséñame a analizarnos en forma de árbol y te doy cobijo en mis ramas.

martes, 1 de enero de 2008

Yo

Hoy voy a hablar de ella.
Ella se sentaba a dejar pasar las horas.
Le gustaba sentir cómo la rutina la comía.
Se aficionó a sentir el miedo.
Le maravillaba saborearlo, pelos erizados, escalofríos y sobresaltos.
Un día me pillo observándola. Lo sé porque me di cuenta. Pero prefirió disimular y seguir con un juego absurdo más.
Nunca se le dio demasiado bien jugar al despiste. Conocía sus limitaciones.
Acoso y derribo.
Como la vida misma.